miércoles, 13 de enero de 2010

Nuevo año, nuevos retos


Ha transcurrido casi la primera quincena del enero del 2010 y desde aquí envío un saludo sincero y mi deseo de que todo transcurra armoniosamente.
Aunque ya se ha dicho mucho sobre la relatividad del tiempo, aprovecho este reinicio de año para renovar mis votos de incipiente escritora (bloguera). Lo haré dando inicio a un par de nuevos espacios. Uno dedicado a la difusión de la lectura (sin mayores pretenciones que no sean las de compartir recomendaciones de las cosas que van cayendo en mis manos (en mis ojos, en mi cabeza, en mi corazón o en mi hígado, si se da el caso). La otra minucia de la que aquí haré referencia es mi actividad docente, esta vez más enfocada a mis alumnos que a mis colegas (lo que no significa que estén exentos de este espacio).
Demos pues comienzo a la primera minucia del día. Se trata del libro Repugnante pajarraco y otros regalos, de Francisco Hinojosa, texto recomendado para niños entre 7 y 9 años. El protagonista es Quique Botana, quien en su cumpleaños recibe una serie de regalos que luego van a ser el pretexto para contarnos una buena cantidad de aventuras que nos irán mostrando cómo es su mundo familiar, escolar y su círculo de amigos.
Así, un helicóptero fuera de control puede causar severos estragos en un supermercado, un perico parlanchín desatar la furia de un papá que detesta las mascotas, un cuchara mágica hacer que Quique al fin logre buenas notas en la escuela o enfrentar verdaderas complicaciones para deshacerse del suéter que tejió la tía Eulalia.
Repugnante pajarraco y otros regalos en un texto adecuado para hacer pasar un rato agradable a esos niños que apenas se están interesando en la lectura y que requieren de lecturas sencillas cuyas historias seguramente tienen que ver con las cosas que les pasan en su vida cotidiana.

De cómo llegó este libro a mis manos.

Este texto me lo prestó mi alumna Jessica Mendoza, luego de de haberles leído en clase a los muchachos La peor señora del mundo (de vez en cuando me doy licencia de leer a mis alumnos bachilleres algún texto narrativo de esos que son considerados sólo para niños). Aunque lo empecé a leer de buena gana, la primera parte me pareció tan previsible que casi lo abandono. En eso mi amiga Amalia me pidió que le recomendara un libro para Cristy, su hija de 10 años, quien a diferencia de su hermano Ricardo, que desde los 10 años ya leía a Harry Potter, no le llama mucho la atención la lectura, aunque tiene que hacerlo por recomendación (tarea de la escuela).
Ya antes le había prestado a mi amiga otra serie de textos infantiles de mi colección, y no se me ocurría ningún otro que pudiera interesarle. De modo que retomé el de Repugnante..., me puse en los zapatos de Cristy y comencé a disfrutarlo. Mañana mismo se lo voy a prestar a Amalia y le he pedido ya que observe la reacción de Cristy, veremos si realmente resultó un texto enganchador y la misión fue cumplida.