martes, 29 de diciembre de 2020

Te extraño

 

Frente a los versos del poeta yucateco las palabras del aficionado pueden hasta molestar, pero no resisto la tentación de referirme hoy, tras 24 horas de su muerte, a ese hombrecito de talento grande que conocí esa tarde que llegó mi papá del trabajo con un pequeño acetato bajo el brazo, se trataba de un disco de 45 revoluciones que contenía la canción de Somos novios, por supuesto la destinataria era mi mamá. Supongo que fue un presente por aniversario, el caso es que la rolita en cuestión a todos embelesó.

Mi mamá siempre cantaba (lo hacía bastante bien), y las melodías de Armando Manzanero estaban con frecuencia en su lista.

Acostumbrados como estábamos a su presencia sempiterna en los medios y en nuestro medio, pensamos que el simpático chaparrito era eterno y su muerte nos sorprendió a todos.
Hoy me duele un poquito el corazón por su ausencia y por eso dejo esta composición maravillosa para deleite de un posible lector.

“Te extraño
Como se extrañan las noches sin estrellas
Como se extrañan las mañanas bellas
No estar contigo
Por Dios que me hace daño
Te extraño
Cuando camino
Cuando lloro
Cuando río
Cuando el sol brilla
Cuando hace mucho frío
Porque te siento
Como algo muy mío
Te extraño
Como los árboles extrañan el otoño
En esas noches que no concilio el sueño
No te imaginas amor cómo te extraño
Te extraño
En cada paso que siento solitario
Cada momento que estoy viviendo a diario
Estoy muriendo, amor, porque te extraño
Te extraño
Cuando la aurora comienza a dar colores
Con tus virtudes
Con todos tus errores
Por lo que quieras, no sé, pero te extraño
Te extraño
En cada paso que siento solitario
Cada momento que estoy viviendo a diario
Estoy muriendo, amor, porque te extraño
Te extraño cuando la aurora comienza a dar colores
Con tus virtudes
Con todos tus errores
Por lo que quieras, no sé, pero te extraño”

lunes, 7 de abril de 2014

Un colibrí anidó frente a mi ventana

Desde principio del mes de marzo tuve la suerte de ver a una colibrí anidar frente a la ventada del cubículo que comparto con mi compañero Víctor Elías en Cobach.
El pequeño nido era apenas perceptible pues estaba en una de las frondosas ramas bajas de una benjamina que está frente a la ventana. Ella, la colibrí, a quien decidí llamar Emilia, iba y venía todo el tiempo ultimando los detalles para empollar. Yo por supuesto avisé de inmediato a mis amigas y a partir de ese día fuimos atestiguando con qué dedicación protegió su nido. Por esos días nos enteramos de que irían a podar los árboles del colegio. De inmediato nos dimos a la tarea de solicitar que, al menos ese árbol lo dejaran en paz, petición que fue aprobada :)
Cuando supimos que un fin de semana habría una tormenta nos preguntamos si el nido resistiría las lluvias y el viento. Corrían los últimos días de invierno. El lunes a primera hora nos asomamos por la ventana y allí estaba ella quietecita sobre sus huevecillos, había resistido estoicamente la inclemencia del tiempo.
Habían transcurrido como 15 días. Supusimos que ya habrían nacido los colibríes pues de nuevo la madre -¿o sería el padre?- iba y venía con alimento para sus crías. La lluvia había propiciado el aumento de las hojitas del árbol y nos impedían ver el maravilloso espectáculo. Antes de un segundo fin de semana pudimos ver cómo Emilia alimentaba dos piquitos, pero al siguiente lunes sólo se veía una cabecilla:( Emilia no paraba de alimentar a su criatura, aunque poco a poco fue espaciando más sus visitas al nido.
A la semana vimos como el pequeño colibrí ya estaba a punto de volar, no hacía más que mirar de un lado a otro desde su nido. A veces sacaba medio cuerpo y sacudía sus alitas intentando imitar a la madre. El viento parecía demasiado riguroso para su pequeño cuerpo, pero él se mantenía en equilibrio.
El lunes el nido ya estaba vacío, Emilio había volado. Tuvimos la suerte de ver a la mamá dando una vuelta por ahí y, más tarde, el mismo Emilio -pequeñito como el que más- fue a pararse unos segundos al nido para luego seguir volando. Ya no le hemos vuelto a ver, pero dice Víctor que el otro día que hacía mucho frío lo vio en la noche resguardado en su nido. La primavera finalmente llegó y todo hace suponer que la vida, pese a los rigores del tiempo y las dificultades, se impone.

lunes, 27 de enero de 2014

José Emilio Pacheco fue mi vecino

José Emilio Pacheco fue mi vecino durante más de diez años. Él no me conocía; yo sí. Desde la ventana del departamento que compratía con Víctor, ubicado en Choapan 22, colonia Condesa, lo veía salir y entrar, casi siempre en auto, a diferencia de Cristina, su esposa y las hijas, que iban y venían como cualquier otro del barrio. Todo esto hace más de 22 años.
A veces, cuando pasábamos caminando junto a una de las ventanas de su casa que daba a la calle, me ponía de puntitas y me acercaba a mirar para ver si lograba ver algo del interior. No veía nada, la ventana estaba totalmente tapiada de libros, periódicos y revistas. Algunas tardes, mientras Víctor, yo y algún amigo de visita hacíamos la sobremesa tomando café, tuvimos la oportunidad de mirar cuando a casa de los Pacheco llegaba por ejemplo Octavio Paz, a veces Elena Poniatowska, Carlos Monsiváis o Juan José Arreola y otras celebridades de ese calibre. La dinámica casi siempre era la misma, un chofer los llevaba hasta la puerta, ellos descendían, nosotros los mirábamos, nos emocionábamos y luego podíamos esperar un buen rato hasta que de nuevo salían y los veíamos marcharse. Durante ese tiempo leí dos novelas suyas, El principio del placer y Batallas en el desierto, de la que luego se hizo una película que no me gustó. Más tarde los Tacubos hicieron una rolita muy simpática inspirada en esa historia. Nos mudamos a Tijuana y siempre recordé con gusto la vecindad de tan ilustre personaje. José Emilio Pacheco ya no está en esa casa y algo en mi interior se ha puesto melancólico.

miércoles, 12 de junio de 2013

Saludo a los graduados

No sabía qué título ponerle a esta entrada ¿Despedida?, ¿Golondrinas -puaf!-)? No, definitivamente no debe ser una despedida, sino una felicitación porque se gradúan, porque van avanzando en busca de sus sueños (ya me estoy poniendo cursi -inevitable en situaciones como éstas-) y los perderé de vista, al menos de la forma en que los había estado mirando este último año: tres veces a la semana (a mis tutorados cuatro), durante un montón de semanas. Fueron, casi siempre, encuentros amables, amistosos y laboriosos. Compartimos algunas lecturas memorables, en particular la de Arrugas y Persona Normal, que para mí también fueron una grata novedad. Con los de comunicación me tocó además ir a la Cineteca a ver Buenos Tiempos. Estoy, como muchos de sus maestros, muy encariñada con ustedes. Les deseo mucha sabiduría y temple para enfrentar la vida que les espera. Les quiero mandar un abrazo virtual a través de este blog e invitarlos a seguir en contacto por este medio. Aprendí mucho de ustedes, admiré el empeño y la dedicación que algunos entregan a sus labores académicas, la habilidad de muchos al aprender,ojalá que ese empeño los lleve a lograr sus metas profesionales. A todos les deseo felicidad, alegría y fortaleza moral y espiritual para enfrentar la vida. Gracias por su alegría, su trabajo y muestras amistosas. En las fotos un ramo de flores que me dieron los alumnos de 604 el día de la asamblea. para ustedes, queridos alumnos, puras buenas vibras :)

sábado, 25 de mayo de 2013

Fotomontaje

¿Qué tal un fotomontaje así para la historieta? Este es el dibujo de un ilustrador uruguayo Óscar Scotellaro montado sobre una foto. va la idea para el que la quiera retomar.

viernes, 24 de mayo de 2013

Aportaciones de Miguel

Hola chicos. Les comparto la dirección del blog de Miguel. Lo abrió con el propósito de compartir diversos videos que contribuyen a incrementar nuestra cultura audiovisual. Él, al igual que yo, espera sus comentarios. www.grupovizcaino.blogspot.mx

lunes, 7 de mayo de 2012

Interesante investigación sobre racismo

Vean este video y agreguen un comentario por equipo.